sábado, 6 de junio de 2009

ISRAEL Y LOS EGIPCIOS


En este trabajo he querido hacer un reconocimiento de las costumbres hebreas, antes de llegar a Egipto y la cultura egipcia; para entender mejor la situación vivida antes del éxodo y reconocer los pueblos que le pudieron ayudar en su acoplamiento como nuevo pueblo.

Iniciando por las costumbres religiosas
de los egipcios se puede tener en cuenta que tenían una fama muy positiva entre otras culturas como es el caso de los griegos; según estos, “los egipcios eran los más religiosos de los hombres”
[1].
Esto lo afirmaban ellos, ya que eran pocos los grupos humanos que tenían tan arraigadas sus creencias. Desde el faraón hasta el último de sus plebeyos participaban en las distintas ceremonias de carácter religioso.

Sus creencias no se limitaban simplemente al mero ámbito cultual en el templo; por el contrario,” la ciencia, la técnica, y cualquier manifestación y actividad de vida tenía siempre el sello religioso”
[2].

La religión egipcia si la analizamos a simple vista, la podríamos denominar como politeísta por la gran cantidad de dioses o divinidades que encontramos en sus templos. Pero si realizamos un análisis más profundo de las ideas y las circunstancias históricas, podremos descubrir unas raíces monoteístas más profundas de lo que parece.

Egipto antes de consolidarse como un pueblo poderoso, estuvo dividido en clanes. Cada uno de estos clanes tenía como centro principal un tótem que al pasar el tiempo se convirtió en dios.

Cada clan, tenía una expresión local y diferente a la de los otros clanes. Luego, al unificarse Egipto, estos clanes se convirtieron en provincias las cuales no queriendo perder sus ídolos los agruparon dando a ellos nombres diferentes aunque sus poderes o dones fueran muy similares los unos de los otros.

De esta manera no todos los egipcios adoraban a todos los dioses sino que cada ciudad adoraba a los propios.

Hacia el año 1835 a.C. Egipto se encontraba dominado por la dinastía semítica, la de los Hicsos; “estos hicsos eran ordas sirias o cananeas que se vieron empujadas hacia el sur por movimientos del pueblo que tuvieron lugar en el segundo milenio a. C”
[3].

Estos hicsos, ofrecían protección a gentes de la misma raza y es por esta razón que acogieron y ayudaron a los hebreos. “El odio que sentían los egipcios por los hicsos se manifestó más adelante con sus protegidos, los hebreos”
[4]; esto determinó de una manera firme el éxodo sucedido poco tiempo después.

Hacia el año 1600 a.C. Ahmés I, fundador de la XVIII dinastía, con todas sus tropas pudo librar a Egipto de la dominación por parte de los hicsos y los expulsó hacia el continente Asiático.

Desde ese momento los monarcas indígenas egipcios no podían observar favorablemente el crecimiento de los israelitas, que también eran de origen asiático y semita como los hicsos.

Yendo ahora a la historia del antiguo Israel, podemos observar a algunos clanes seminómadas, los cuales al entrar en Canaán se fueron uniendo poco a poco hasta formar un pueblo.

Esos clanes nombraban entre sí a algunos jefes que denominaban patriarcas. “Estos patriarcas al llegar a Canaán descubrieron antiguos santuarios en Siquén, Mambré, Betel, Bersebá y en todos ellos encontraron que se adoraba a EL, el padre de los dioses y de los hombres, el creador sabio, bueno y justo”
[5].

Al entrar en contacto con los santuarios, los patriarcas identifican al Dios del padre con las figuras de El.

Pasando el tiempo el clan de Abraham se instala en Mambré cerca de Hebrón y allí adoran a Dios con el nombre de El Shaddaí, El Dios de la montaña. Este se presume que es el primer nombre bajo el cual fue adorado Yavé.

Por la proximidad geográfica de Isaac, pasa a ser denominado hijo de Abraham. Isaac tenía su lugar de adoración en Berseba; allí adoraban a Ël con el nombre de El Olam y otro grupo con el nombre de El Roi.

La relación que se creó entre los clanes de Abraám e Isaac fue aumentando y esto se daba principalmente en torno a los pozos de agua.

En cuanto a la historia, no se puede afirmar a ciencia cierta cual fue el faraón que favoreció o el que no reconoció a José”.

Se podría considerar al faraón del tiempo de José, como uno de los reyes hicsos, que siendo semitas , es probable que fueran hospitalarios con los semitas y podríamos identificar al faraón que no conoció a José; “entre los gobernantes del imperio nuevo, pero no hay pruebas al respecto.

Varios de los hebreos que sobrevivieron a las ocupaciones de los Hicsos o prisioneros de los faraones del imperio nuevo, permanecían aun en Egipto bajo la dinastía XIX y fueros empleados en trabajos forzados en los proyectos de construcción de Setis I y RamsesII.

Algunos de los hebreos que seguían la tradición patriarcal, formaron el grupo que efectuó el éxodo en el siglo XIII. Es difícil decir cual de las doce tribus estaba en Egipto y participó en el éxodo.

La religión de Israel se podría descubrir como un desarrollo evolutivo desde las formas inferiores, hasta las más elevadas.

Israel alcanzó su unidad únicamente con el surgir de la monarquía.

BIBLIOGRAFÍA


Bright, Jhon, La historia de Israel. Desclée de Brouwer, Bilbao 19708.

Enciclopedia Ilustrada Euro-americana. Hijos de J. Espasa, Barcelona 1925, 1376

Cid, Carlos (dic), Historia de las religiones. Ramón Sopena, S.A., Barcelona 1965, 181



[1] Castel, F. Historia De Israel Y De Judá. Verbo Divino, Pamplona 1984. 181

[2] Ibid. 182
[3] Enciclopedia Ilustrada Euro-americana. Hijos de J. Espasa, Barcelona 1925, 1376

[4] ibid. 1376
[5] Enciclopedia Ilustrada Euro-americana. Hijos de J. Espasa, Barcelona 1925, 1376

sábado, 9 de mayo de 2009

Saludo

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